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Bishop, A. J., et al. (2008), define el juego como una actividad que se utiliza para la diversión y el disfrute de los participantes; en muchas ocasiones, incluso como herramienta educativa. Los juegos normalmente se diferencian del trabajo y del arte, pero en muchos casos estos no tienen una diferencia demasiado clara (p.9).
El juego, como actividad que se
realiza dentro del aula, es tomado como sinónimo de trabajo, es ocuparse de una
actividad, ejercicio, tarea, y al trabajo hay que aplicarle una buena dosis de
esfuerzo físico y mental para convertirlo en realidad, es decir, para
ejecutarlo, no importa de qué capacidades tenga que valerse quien lo ejecuta.
Se aprovecha la oportunidad que brinda el nuevo diseño curricular al dejar al
alumno en libertad para que con su iniciativa y creatividad proponga
estrategias cónsonas con las áreas del Currículo Básico.
Estas estrategias no son otra cosa que la búsqueda de
alternativas coherentes no sólo con el área del conocimiento, sino como
estrategia de Aprendizaje. También, con el medio en el cual está circunscrito
el estudiante, sin obviar que éste tiene características que lo hacen diferente
de los demás integrantes de su grupo en cada uno de los estadios de su
personalidad.
Por este motivo, Leif y Brunelle (1978),
citados por Navarro A., Vicente (2002); dicen que:
El juego recorre cada uno de los estadios evolutivos
de la personalidad y en cada uno de ellos se amerita un tipo específico de
juego y/o unos juguetes también particulares, no sólo del estadio sino también
del sexo del individuo. Por lo tanto el secreto de la naturaleza del juego
estriba en la naturaleza de los juegos (p.11).
Ante esto, el juego es una combinación
entre aprendizaje serio y diversión. No hay acontecimientos de más valor que
descubrir que el juego puede ser creativo y el aprendizaje divertido. Si las
actividades del aula se planifican conscientemente, el docente aprende y se
divierte a la par que cumple con su trabajo.
Además, permite lograr en los alumnos
la creación de hábitos de trabajo y orden, de limpieza e interés por las tareas
escolares, las realizadas en el aula no las asignadas para el hogar por los
docentes; de respeto y cooperación para con sus compañeros y mayores, de
socialización, para la mejor comprensión y convivencia social dentro del marco
de la Educación Básica. Desde esta perspectiva, el trabajo pasa a ser una
actividad lúdica que refuerza las obligaciones de los estudiantes sin
mediatizar su aprendizaje.
Ausubel y otros (2002), afirman que: “el
aprendizaje significativo comprende la adquisición de nuevos significados y, a
la inversa, éstos son producto del aprendizaje significativo. Esto es, el
surgimiento de nuevos significados en el alumno refleja la consumación de un
proceso de aprendizaje significativo...” (p.48).
De igual forma, el tipo básico de
aprendizaje significativo es el aprendizaje de representaciones; por lo que de
él dependen todos los demás. Este aprendizaje consiste en hacerse del
significado de símbolos solos, generalmente palabras o de lo que esos símbolos
representan. El aprendizaje significativo por recepción, involucra la adquisición
de significados nuevos. Para el caso se requiere tanto de una actitud de aprendizaje
significativo como de la presentación de material significativo para el alumno.
En ese orden de ideas las estrategias Charría
de Alonso y González Gómez (2000) tienen el propósito de estimular y promover
el aprendizaje mediante una serie de actividades sistemáticas basadas en el
diseño, la planificación y la ejecución. Todas enmarcadas en los aportes de la
ciencia y las nuevas tecnologías. Toda estrategia tiene una serie de
características que le asignan su cuota dentro del proceso educativo:
-
Su carácter
particular.
-
La planificación
anticipada.
-
El logro de
objetivos específicos.
-
En su diseño,
planificación y ejecución tiene que anticiparse un conjunto de actividades que
le darán vida en el proceso de aprendizaje.
-
Su vinculación
con el ambiente donde se desenvuelve el niño o de la Para diseñar una
estrategia es menester conocer:
1.- ¿Qué se quiere fomentar en el estudiante, es decir,
qué competencias desarrollar?
2.- ¿Cómo se va a desarrollar el proceso?
3.- ¿Con qué recursos se cuenta?
4.- ¿Por qué ese aprendizaje?
5.- ¿Para qué le sirve? (Pp. 67-74).
Campamentos Escolares
El campamento escolar o educativo es una actividad que
se realiza en el tiempo libre de las actividades escolares. Vizuete, M. (2000), indica que el campamento escolar
es:
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Imagen tomada de http://www.pixmac.es/imagen/grupo+de+ni%C3%B1os+de+campamento/000079847845 |
Una oportunidad para poner en juego lo que se ha
aprendido tanto en la escuela como fuera de ella, y para adquirir nuevos
conocimientos, asimismo, ofrece la oportunidad de vivenciar y compartir con los
demás y de experimentarlo como una aventura que desarrolla el pensamiento y la
fantasía infantil (Pp. 13-17).
Además, el campamento educativo, consiste
en una breve experiencia de vida intensa en relación o contacto vital con la
naturaleza, realizada por una comunidad infantil o juvenil y organizada y
dirigida por educadores, para ayudar al perfeccionamiento integral de los
componentes de esa comunidad, en un clima caracterizado por la alegría y el
espíritu de cooperación, despreciando muchos de los recursos utilizados habitualmente
para la comodidad o confort, aunque sin mengua de las necesarias garantías para
la seguridad y la salud física y espiritual del grupo.
Ante esta descripción, el campamento escolar,
en razón de la diversidad de formas que estas actividades pueden adoptar y de
la multitud de recursos que le son adecuadas, puede caracterizarse en su forma
básica, si responde a condiciones relacionas con la vida en la naturaleza; y
para que sea considerado como de tipo educativo debe existir:
1. Vida en la
Naturaleza
-
Ordenada
-
Intensa
-
Sana.
2. Vida en
comunidad
-
Con medios
imprescindibles, o poco más, para el confort o la comodidad y para garantizar
la seguridad y la salud del grupo.
-
Para los
acampantes, esa forma de vida debe constituir una experiencia que les ayude a
su perfecciona-miento integral, realizada en forma gozosa o recreativa.
3. El
campamento no es y no debe ofrecer motivos para su identificación con:
-
Vida de gitanos.
-
Actividad física
descontrolada y descuidada
-
Un vive como
quieras.
El Campamento puede ser un Instrumento Educativo
Díaz,
Carlos A. (2008), expone que: “el campamento ofrece situaciones sumamente
adecuadas para la acción educativa”:
1. Considerando
la persona del Educando
-
En la buena
situación o circunstancia que se crea en el campamento, el niño o el joven; se
muestra más receptivo. Al mismo tiempo que es objeto, casi constantemente, de
estímulos o incitaciones para adoptar actitudes positivas y creativas. Esto
configura lo que se podría calificar como un sujeto más predispuesto a
aprender. El impacto que las bellezas naturales producen en el espíritu del
acampante; la vida sencilla, el contacto con las cosas elementales, simples y
puras, obran el efecto de que el educando quiera escuchar y estar permeable a
la palabra del maestro. Esa vida simple responde mejor que la de la ciudad a
las apetencias infantiles y juveniles.
Presenta de manera coordinada la vida
doméstica del campamento, tales como: horarios racionales, alimentación
adecuada, descanso suficiente y lo disponen para esa actitud positiva.
2. Si se
considera la persona del educador
-
El Educador vive
en el campamento con menos preocupaciones de orden personal, familiar y
profesional que las que lo hostigan en su vida ordinaria en la ciudad.
-
El maestro en su
condición de dedicación exclusiva a la tarea, se concentra y se dedica a ella
en forma total o casi total.
-
También sobre su
persona, el medio ambiente nuevo lo predispone favorablemente para su acción
específica. En síntesis, mejor disposición del Educador.
3. Si
consideramos la circunstancia de la vida en campamento
a)
La vida en
campamento permite llegar a una mayor intimidad en la relación educador-educando
que en la mayoría de las situaciones en que esta relación interesa. Esto
significa mucho si consideramos que la acción educativa se ejerce de persona a
persona, de alma a alma. Las ocasiones de esta intimidad se ofrecen
frecuentemente en la forma espontánea, por no decir casual; pero también son
fáciles de crear o provocar.
b)
En el campamento
se le presenta al maestro la única, y en todo caso, la mejor oportunidad de
mantenerse en relación con el educando durante todo el día, a lo largo de
varios días. Esto encierra una inmejorable oportunidad de comunicación, dada
por una convivencia ininterrumpida durante aquel tiempo (Si la comunicación de
persona a persona, de alma a alma, es esencial a la educación, concluiremos que
la falla, en gran medida, de la obra educativa, pro-piamente dicha, de la
escuela, se debe a que sólo puede poner en contacto personal, humano, al
maestro con el alumno, durante algunas pocas horas por semana, y en tareas
inversamente opuestas a su desarrollo evolutivo que demanda acción).
c)
Al educador se
encuentra con la ocasión de conocer a cada educando de un modo más profundo y
cierto que en la actividad escolar ordinaria:
-
Aunque el
educando hubiera conseguido simular en la escuela una personalidad que le
conviniera, no puede mantenerla así permanentemente durante toda la duración
del campamento. La vida en campamento estimula y predispone para la espontaneidad,
la naturalidad, la autenticidad,
-
Al educando se
le puede apreciar frente a situaciones nuevas, inesperadas,
-
Se le puede
observar en situaciones vitales (no formales),
-
El educador
puede llegar a conocer todo del educando, al mostrar éste facetas de su
personalidad real que difícilmente, o nunca resultan visibles en la vida
escolar.
-
Recíprocamente,
el alumno puede llegar a conocer mejor al maestro (menor posibilidad de
simulación; imposibilidad de vida privada; actuación ante situaciones insólitas
y ante situaciones vitales). Mayor confianza. Un respeto más natural, más auténtico
o con menor dosis de convención.
d)
El campamento
ofrece frecuentes coyunturas para la enseñanza ocasional, o la confirmación y
afianzamiento de conocimientos del programa escolar, con la ventaja de que todo
se puede experimentar y vivir.
e)
En el campamento
no hay apuro que impida, como suele acontecer en la ciudad, aprovechar
oportunidades educativas. Hasta la idea de tiempo resulta diferente en la vida campamental.
El reloj solo se interpone para la atención de las necesidades básicas del
grupo.
f)
En el campamento
no hay normas preexistentes o impuestas, salvo las que exijan la salubridad, la
seguridad y las buenas costumbres. Tampoco rigen horarios, planes y programas
más o menos rígidos, a modo de los de instituciones escolares. El grupo
acampante - comunidad - puede darse a sí mismo las normas que ordenen su
comportamiento, sin formalismo que lo exija.
g)
El campamento
permite realizar una experiencia democrática auténtica, organizando todas las
manifestaciones del grupo de esta manera. Las vivencias de las actitudes
democráticas es esencial para la educación cívica.
h)
No existen
interferencias del exterior, o bien aparecen reducidas a su mínima expresión.
El campamento se aísla convenientemente. Se aleja de las obras del hombre y se
relaciona con el mundo exterior en la medida que le convenga.
i)
Para la atención
del campamento es factible constituir un equipo técnico - docente con unidad de
propósitos (unidad pedagógica) y unidad de métodos, lo que es difícil lograr en
otras instituciones.
Para el campamento pueden seleccionarse
los maestros entre quienes demuestren auténticas inquietudes por la juventud e
idoneidad para la tarea. Esto asegura la unidad de la acción educativa, contra
la que conspira la organización basada en la actuación de especialistas
aislados. Hasta aquí, las razones por las que el campamento puede ser
educativo. Pero el campamento puede no serlo y, por el contrario, constituirse
en un instrumento deformante (p.3).
El Campamento puede no llegar a ser Educativo
-
Si no se definen
claramente sus fines y expectativas de logro. Objetivos.
-
Si definidos
éstos, no se procura empeñosamente su cumplimiento. (Porque no se trata de
elaborar valiosos cuadros de objetivos y quedarse en ello).
-
Si no se brindan
a todos, frecuentes oportunidades para crecer.
-
Si los maestros
no tienen idoneidad para este particular trabajo.
-
Si los miembros
del equipo dirigente no simpatizan con este tipo de actividad; si les significa
un ver-dadero sacrificio el abandonar por un tiempo las obligaciones y/o
comodidades de la ciudad.
-
Si quienes
asumen la tarea no lo hacen con la actitud de maestros verdaderos.
-
Si la dirección
del campamento no cuenta con suficientes colaboradores técnicos -docentes.
-
Si se identifica
el campamento con solo la realización y cumplimiento de las actividades de un
pro-grama; si se cae en activismo, en hacer cosas, como propósito o sin él.
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